25 febrero 2008

Coágulo

Regularmente cuando vengo a esta parte de la biblioteca me da frio y sueño, no puedo concentrarme en lo que leo. Pienso en las cosas que he tratado de dejar en el guardarropa junto a mi mochila: el trabajo, la soledad, el aburrimiento. Comienzo por agitar los pies, me rasco la cabeza, volteo a cualquier lado y termino por fastidiarme. Cierro el libro y salgo de la biblioteca.

Hoy es un dia diferente. La cabeza esta a punto de estallarme por tanto tiempo que paso frente a la computadora. Cuando levanto la mirada para ver las lámparas de metal siento que se me va a salir el cerebro por los oídos.
Es un dolor sordo.
Supongo que es un coágulo; uno de esos que causan embolias como la que mato a mi papá.
Estoy leyendo una antología de cuentos mexicanos de Emmanuel Carballo. Su crítica cruda, seca y contundente me saca una sonrisa. Siempre me han simpatizado los tipos inteligentes que no tienen miramientos para exponer su punto de vista. Carballo me recuerda a un maestro de la preparatoria que me corrió de su clase porque yo era un “vago”. Ese era un buen maestro.

Cierro el libro y me doy cuenta de la luz que reciben mis ojos. Caigo en cuenta de la claridad que hay en mi cabeza para dibujar las ideas que leo.
Vuelvo a sonreir.
Mi capacidad intelectual y artística esta ahí, clara y llena entre mis manos frias que ahora no tiemblan.

Quizá seria buen momento para sacar la libreta y ponerme a escribir. Debería escribir algo para Laura que esta a punto de regresar de Europa. Sabe dios cuando explote el coágulo y manche de sangre espesa y purulenta mi cabeza.
Ok, voy a hacerlo.
¡Mierda! La libreta está en la mochila, tengo que salir al guardarropa por ella.

¡No mames! Si camino muy rápido me duele un chingo. Mejor despacio, no hay problema. Lo que quiere este puto coagulo es reventar para chingarme el dia.

¡A la verga! Duele un chingo, mejor me recargo tantito para que se me pase.

Pinche coágulo, debe ser como un globo verde lleno de agua con paredes estiradas al máximo. Un globo que cuando toca el suelo desaparece y en su lugar queda una mancha asfixiada de líquido que muere antes de encontrar ayuda.

Ya. Vamos a seguir.

¡No mames! Duele mas.

La vista se me esta poniendo borrosa.

Siento sangre por la nariz.

Me estoy mareando. Ya casi no veo nada…

Tengo que llegar al guardarropa…

¿Laura?

Tengo que escribir algo…

Tengo que…

3 comentarios:

Diego Marxías dijo...

Y Adán está de vuelta, con su clásico estilo de venas abiertas, de verdades a gritos, de temores realizados, de mordaz crítica y de coágulos en la choya.

Ese es el Adán al que estábamos esperando. ¡Bienvendido de vuelta!

PD: ¿Qué profe te corrió por vago? si me dices que fue Borja o Luis Mario, te corto las bolas...

Cairush dijo...

Ladies and gentelmen la batalla que estábamos esperando... ¡¡¡En esta esquina... pesando una eternidad, la campeona invicta del aburrimiento... la rutina!!! ¡¡¡En esta otra, pesando apenas 21 años, con su inigualable manera de agitarnos la cabeza con laberintos del pasado y misterios del presente... Adán, "el writer", Delgado!!! Es bueno tenerlo de vuelta maesè de la letra, sea usted bienvenido a este, su oficio sin beneficio.

Para empezar, sin acabar con la costumbre. Debo admitir que has pulido tus habilidades ortográficas, y sintáxicas. Hay que seguir trabajando, aun confundes, en mi opinión, algunas comas por puntos. No te preocupes, casi no se nota, que se preocupe tu editorial.

Respecto al cuento. Creo que deberías definir el estilo que debe llevar la historia antes de plasmarla. Lo digo porque encuentro extraña la manera en que el sujeto comienza de manera elegante y se términos de "putos", "chingados", "mierdas". Digo, expresan de maravilla el coraje, el miedo, y la desesperación de quien está a punto de morir; pero como lector (remarcando que se trata solo de mi opinión) resulta difícil ubicar de lleno al personaje.

Supongo que este es uno de esos comentarios a los que necesitas no hacer caso, a menos que no se encuentre aislado del resto crítico de tu trabajo.


P.D: Dile al Marxias que fue Checo, pa' que le de rabia y te corte los tanates.

Cairush dijo...

Perdón por lo de "sintáxicas", quise decir sintácticas